Estaba pensando un poco este tema, ya que escuchando la mayoría de las canciones que circulan llegué a notar que todas – no encontré demasiadas excepciones- tratan acerca del amor. Amor romántico, amor no correspondido, amor platónico y la lista podría seguir, ya que en estos tiempos yo diría que hay una especie de análisis exhaustivo de las relaciones amorosas que se deja entrever en las diferentes manifestaciones del arte y en la vida cotidiana de las personas.
Nos gusta este tema del amor, me da la impresión de que hay allí un saber que nos interesa aprehender y que la idea general que trasciende a esta conducta humana sería que a más comprensión y entendimiento, más cerca estaríamos de recuperar una especie de paraíso perdido que sería, por decirlo de alguna manera, poder estar con el otro en sintonía, hallar en él o ella esa cosita que nos anda faltando.
El otro día conversaba con una amiga acerca de la importancia del “timing”. Así, decíamos que muchas veces la cuestión del amor pasa por estar en el momento y el lugar correctos, que no se trataría tan solo del otro en cuestión. A veces nos cruzamos con personas hermosas, y nos encontramos con un punto de imposibilidad para que ese vínculo se desarrolle, punto que reside en el tiempo de la vida en que nosotros o el otro se encontraría transitando. En otros momentos, por así decir, estamos abiertos a una relación y terminamos estando en una, las cosas “fluyen” digamos. Lo que nos sorprende es que, si esa relación terminó, a la distancia a veces nos resulta demasiado ajeno e incomprensible cómo es que estuvimos con una persona que no elegimos, porque hay que admitir que no siempre se trata del otro, que en muchos casos no importa quién o cómo es sino el hecho de estar en pareja. Una idea que se me cruzó en el transcurso de la charla es que podría tratarse de cualquiera ¿Podría? Para pensarlo un poco se me ocurrió el ejemplo de la amistad: por regla general no somos tan exigentes con los amigos, toleramos las diferencias en ese tipo de vínculos y los disfrutamos sin el temor a perder, no hacemos escenas de celos ni nos desvivimos por encontrar al amigo ideal. Un amigo es lo que es, y es parte de nuestra vida por azar, aunque quizás lo elegimos luego de un primer momento, no creo que seamos tan tajantes con la amistad como con el amor. Ahí parece, al contrario, que se nos va la vida pensando, esperando, buscando incansablemente como si mañana no tuviéramos más chance que hoy. En este punto de la charla mi amiga y yo permanecimos un instante en silencio… cri cri… Y ahí se instaló un debate muy interesante. ¿Cómo podría tratarse de cualquiera? es casi una afrenta a la idea misma del amor! Al menos del amor como lo escuchamos circular en lo cotidiano, donde yo lo veo ir aumentando su valor, como en el mercado el precio de los inmuebles sube año a año. Pensé, ¿qué pasaría si todos tuviéramos asegurado el amor, si el amor fuera moneda corriente, sencillo de obtener, si estuviera “a la vuelta de la esquina”? Si, por ejemplo, lo ansiado y anhelado por las personas fuera digamos… otro valor como la amistad. Si las relaciones de amistad fueran motivo de canciones y el arte expresara este concernimiento de la humanidad. Si los blogs y los poetas trataran este tema, porque sería lo que a la gente le preocupa y lo difícil de hallar en la vida. La dinámica del amor, entonces, pasaría a un plano segundo o tercero, y nadie se ocuparía de ella o sí lo haría pero de un modo más sincero, más acá de su verdad.
Yo creo de hecho, que al hacer del amor una moneda que circula en términos de esta lógica capitalista que nos gobierna, terminamos alejándonos aún más de lo que de posible el amor tiene. No creo que se trate de engordarlo de importancia, sino de pensarlo en términos que serían propios de otra lógica, una más cercana a lo que la experiencia del amor nos puede brindar. Si pudiésemos corrernos un poco, creo que estaríamos más cerca de vivirlo. Si no lo cargáramos de significaciones, de valor social, el amor sería lo que es sin andarse escapando por sentirse demandado de cosas que no puede/quiere dar.